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¿Te gustaría comer más sano y equilibrado en tu día a día, pero no sabes cómo hacerlo? ¿Te cuesta encontrar tiempo para preparar comidas nutritivas y variadas? Si es así, este artículo es para ti. En él te voy a dar algunos consejos prácticos para que puedas mejorar tu alimentación sin complicarte la vida. Sigue leyendo y descubre cómo cuidar tu salud con la nutrición.

La alimentación es uno de los pilares fundamentales de nuestra salud. Lo que comemos influye en nuestro bienestar físico y mental, en nuestra energía, en nuestro peso, en nuestra prevención de enfermedades y en nuestro estado de ánimo. Por eso, es importante que le demos la importancia que se merece y que elijamos alimentos que nos aporten todos los nutrientes que necesitamos.

Pero no siempre es fácil llevar una alimentación saludable en el día a día. A veces nos falta tiempo, otras nos falta información, otras nos dejamos llevar por la publicidad o por los antojos y otras simplemente no sabemos cómo combinar los alimentos de forma adecuada. Por eso, te voy a dar algunos consejos para que puedas comer sano y equilibrado sin complicarte la vida.

Consejos para una alimentación saludable en el día a día

  • Planifica tu menú semanal. Una de las claves para comer sano es planificar con antelación lo que vas a comer cada día. Así podrás hacer la compra con criterio, evitarás improvisar o recurrir a opciones poco saludables y ahorrarás tiempo y dinero. Puedes usar un calendario o una aplicación para organizar tu menú semanal y tener en cuenta las comidas principales y los tentempiés. Intenta que tu menú sea variado, equilibrado y adaptado a tus gustos y necesidades.

  • Incluye todos los grupos de alimentos en tu plato.
    Para que tu alimentación sea completa y equilibrada, debes incluir todos los grupos de alimentos en tu plato: hidratos de carbono, proteínas, grasas saludables, frutas, verduras y lácteos o sus alternativas vegetales. Cada uno de estos grupos te aporta nutrientes esenciales para tu salud, como vitaminas, minerales, fibra, antioxidantes o ácidos grasos omega-3.
    Una forma sencilla de distribuir los alimentos en tu plato es usar el método del plato saludable: llena la mitad de tu plato con verduras, un cuarto con proteínas (carne, pescado, huevos o legumbres) y otro cuarto con hidratos de carbono (cereales integrales, patatas o tubérculos). Añade una ración de fruta y un lácteo o su alternativa vegetal como postre.
  • Elige alimentos frescos y naturales. Los alimentos frescos y naturales son los que más beneficios te aportan para tu salud, ya que conservan todas sus propiedades nutricionales y no contienen aditivos ni sustancias químicas. Por eso, debes priorizar el consumo de frutas, verduras, legumbres, frutos secos, semillas, cereales integrales, carne magra, pescado azul o blanco, huevos o lácteos desnatados o sus alternativas vegetales.
    Evita o limita el consumo de alimentos procesados o ultraprocesados, como embutidos, salchichas, quesos curados, bollería industrial, snacks salados, refrescos azucarados o bebidas alcohólicas. Estos alimentos suelen contener altas cantidades de azúcar, sal, grasas saturadas o trans y aditivos que pueden perjudicar tu salud.
  • Cocina de forma sencilla y saludable.
    La forma de cocinar los alimentos también influye en su valor nutricional y en su efecto sobre tu salud. Por eso, debes elegir métodos de cocción que respeten las propiedades de los alimentos
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